En los últimos meses, hemos tenido de nuevo noticias sobre los “Enhanced Games” (https://www.mundodeportivo.com/running/20250523/1002469943/enhanced-games-juegos-olimpicos-dopaje-sede-fecha-pruebas-2026.html), esa competición que permite el uso de tecnologías y sustancias prohibidas por las autoridades mundiales del deporte y que tiene como misión “redefinir la superhumanidad a través de la ciencia, innovación y deporte”. Al margen de los debates que pueda abrir, quiero detenerme con la idea de “superhumanidad”. Sobre todo, en contraposición con los planteamientos de la iniciativa “The superhuman society”, una iniciativa nacida en Japón ante la preocupación sobre cómo la tecnología, en especial tras la disrupción de la IA, está cambiando la forma de vivir y comportarse de los humanos. Les conocí hace unos cinco años cuando me invitaron a participar en un foro que organizaban para debatir sobre el deporte del futuro. Más concretamente sobre cómo podría ser un deporte creado para el futuro.
Mientras que Enhanced games plantea “Un escenario intrépido para que los atletas desafíen los límites, reescriban los récords y reimaginen el futuro del deporte”, The Superhuman society aspira a crear un futuro en el que los avances tecnológicos refuercen, más que disminuyan la esencia humana redefiniendo la relación de la humanidad con la tecnología.
Aparentemente, cada uno de ellos pone el foco del debate en extremos opuestos. Enhanced games plantea cuestiones sobre el uso de sustancias o mejoras biotecnológicas y dónde están los límites marcado por los riesgos para la salud de las y los atletas. Nos hace reflexionar sobre el mérito radical, la libertad individual y la superación de límites naturales, así como sobre la importancia de la ética médica o el juego limpio.
The Superhuman Society, por su parte, centra la reflexión en el desarrollo de capacidades humanas como la compasión, la cooperación y la conciencia crítica en un entorno tecnológico. Para ellos, ser “superhumanos” no es tener más fuerza o velocidad, sino más profundidad moral, más lucidez, más responsabilidad hacia el mundo y hacia otros.
Aunque, en el fondo, ambas posturas nos enfrentan a las mismas preguntas: ¿qué queremos mejorar cuando hablamos de “mejorar al ser humano”? ¿Es la superhumanidad una ampliación de lo físico o una expansión de lo ético? ¿las dos? No tan el fondo, las dos plantean reflexiones de gran relevancia en la planificación y práctica de la innovación, especialmente en las aplicaciones de la tecnología en el deporte y la práctica de actividad física.
Autor: Quique Alcántara (Experto en innovación deportiva, 4iCVEsport)